martes, 8 de novembro de 2011

ritmo de arena

Hoy os voy a contar la historia de como una noche que sales un rato para oír un concierto de unos amigos acabas de fiesta toda la noche con cuatro desconocidos. Si una noche de septiembre de hace muchísimos años, salí yo a celebrar el final de mis exámenes de septiembre con el concierto de unos amigos. Al término del concierto me puse a charlar con uno de mis conocidos, al que se sumaron otros de un grupo que había venido de cenar. Allí estábamos tres o cuatro comentando el recital, o poniéndonos al día, o arreglando el mundo, o que sé yo de que hablábamos. En medio de la conversación se asomó un chico, soltó una sonrisa increíblemente bonita y se fue. Eso mismo volvió a pasar dos veces más en la conversación. Iba, soltaba su sonrisa y se volvía al otro grupo. Para mí pasó a ser "el chico de la sonrisa horizontal". En el medio de la conversación uno soltó, podemos seguir en otro lado. Por mi cabeza resbaló un pensamiento "¿y por qué no?". Entre que se decidía quién seguía la fiesta y quién se retiraba, "el chico de la sonrisa horizontal" finalmente se unió a nuestro grupo y dijo que él seguía. Y seguimos, "el chico de la sonrisa horizontal" otros tres muchachos que desconocía yo esa noche y yo. Así siguió la noche, entre charlas, risas y palizas de ajedrez. En un momento de la noche, "el chico de la sonrisa horizontal y yo" comenzamos a charlar, y luego otro día, y otro día más y nació una amistad. De eso hace ya más de nueve años (si la memoria no me falla). Por avatares de la vida, de la suya y de la mía, la relación se fue rareando en contacto y encuentros, pero nunca dejamos de vernos, y sabemos que si uno llama al otro, allí estará.
Recordaré siempre muy agradecidamente, que en un momento de profunda crisis personal, me acogiera un fin de semana en su casa, perdida en una aldea, y me diera cobijo, comida y una cena en el patio de la casita (parecía una casita rural de esas preciosas a las que actualmente está muy de moda ir de turisteo) donde el colofón fue su guitarra y las canciones que con gran gusto compartíamos. Y sobre todo, le agradeceré esa charla terapeútica y ese abrazo a tiempo.
Portada del disco
Pero os preguntareis, ¿por qué nos cuentas esta historia?. "El chico de la sonrisa horizontal" tenía un sueño. Hacer un disquito con sus canciones, y lo consiguió. Y ayer lo presentó. Yo que no soy de romper mi rutina por la semana, no podía faltar, así que allí me fui a su concierto, con su banda multicultural, y disfruté volviendo a oír sus canciones con su voz, y mucho más abrigadas que cuando canta solo, con aquellos maravillosos músicos, y otra voz femenina que podía llegar a desarmarte.
Lo disfruté, y después del día que tuve de trabajo, fué la mejor relajación con ritmo que puede tener. Os dejo con un pequeño vídeo de una de sus canciones. Quizás no sea del gusto de todos, por que para gustos colores, sabores,... y músicas. Pero espero que lo disfruteis.


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