venres, 4 de febreiro de 2011

odisea burocrática

Hoy tenía que presentarme en las oficinas de la empresa en la que me van a contratar a las 9:30 aproximadamente para llevar una documentación solicitada para el contrato. Así que a las 8:40 me planté en la parada de bus para no llegar tarde, y además comenzar a controlar la línea que usaré para ir a mi trabajo. cojo el bus y me planto en la oficina a las 9:15, y en la puerta de entrada cuando me dispongo a entrar me encuentro a mi futuro jefe, que me dió los buenos días y me dijo que el administrativo me esperaba. Subí, pregunté por el chico en cuestión y me preguntó si traía toda la documentación. Le traía todo lo que me habían dicho ayer por teléfono y un papel que yo supuse que había que presentar porque consideraba importante. Pues así era, pero resulta que tenía que llevar dos copias compulsadas. "- ¿Dónde lo compulso?". No se cortó en decirme: "búscate la vida". "¡Qué bien!" pensé. Además me mandó realizar otro trámite importante de cara a mi contratación. Luego me dijo que el martes comenzaba a trabajar a las 9:00. "Tráeme los papeles compulsados, que es muy importante". ¡Qué mañana me esperaba!, ¡y tanto!.
Volvía coger el autobús hasta una zona cercana a los dos sitios a los que decidí ir primero. Bajo del autobús y camino un pequeño paseo de casi diez minutos, bueno, por lo menos cuesta abajo. Entro en la primera Administración Pública (a partir de ahora AP) de ámbito local, y pregunto si allí puedo compulsar los papelitos. 
-Lo siento, aquí solo compulsamos documentación a la que damos entrada o que emitimos nosotros.
- ¿Sabe usted donde lo pueden realizar?
- No, pero prueba en este otro sitio. - Justo al que tenía que ir posteriormente a realizar el otro trámite importante.
Salí, crucé la calle y me dirigí al edificio en cuestión. A ver, información, información, donde está información, mira este guardia jurado. 
- Perdone, ¿sabe usted donde puedo realizar este trámite?
- En ese mostrador creo que le dan el número, señorita. 
Pasé de informarle que el tratamiento de señorita es ahora incorrecto, ya que está prohibido por machista, pero sinceramente, a mí me sigue gustando más que el de señora.
Cuatro pasos, siguiente mostrador.
-Perdone, ¿es aquí dónde tengo que pedir el número para este trámite?. Después de contestarme afirmativamente me dió un papelito con el número. - Su turno saldrá en esa pantalla.
-Gracias.
Estudié en que número estaba, y parecía que me iba a tocar pronto ya que solo tenía cuatro delante mía y así fué. En menos de diez minutos me senté ante la mesa de una señora joven que muy amablemente me atendió. Osé preguntarle si ella sabía donde podía compulsar los papelitos dichosos, a lo que me dijo, que probara en esta AP (una que ya tenía en la lista de posibles) o en esta otra. Bien, otra posibilidad, incluso más afín al tema.
Terminé el trámite sin ninguna incidencia y antes de volver a coger otro autobús para volver a ir a otra zona de la ciudad, sentí la necesidad de un café. Miré la hora, las 10:43, no era tarde, hasta las 14:00 está todo abierto, me tomaré un café tranquila. Crucé la calle y entré en la cafetería llena de gente. Bien una mesita vacía, para mi. Pedí mi acostumbrado café con leche con dos azucarillos mañanero. Desplegué el periódico y me puse a leer los titulares y parándome a leer más la noticia internacional que destaca estos días. 
Vamos, a por el siguiente autobús. ¡Qué bien!, llegar y besar el santo. El bus se presentó nada más acercarme yo a la parada. En eso, que mientras subo al autobús, meto la mano en le bolsillo. ¿Dónde está el bonobús? ¿el bonobús? Lo que me faltaba, perder el bonobús, ahora que lo voy a necesitar para ir al trabajo. Bueno, hay prisa, pago un euro, mientras me siento, sigo buscando el bonobús, nada lo perdí. Decisión: el lunes solicito otro.
Bajo, y decido ir primero a la AP que me sugirió la señora del trámite. Nada, paseito de casi quince minutos, cuesta arriba y cuesta abajo. Llegó y me dirijo a información. Me atiende un señor muy jovencito con un piercing en el labio (lo que le dá imagen de funcionario enrollado). 
- Mire, perdone, ¿sabe usted dónde podría compulsar esta documentación?
- Aquí no compulsamos documentación. Lo tiene que compulsar un notario.- Cosa que ya me había dicho la señora de la AP local, y que yo sé que no es así, por ley, que me lo tuve que estudiar para las oposiciones.
- Pero es que es una documentación que al final van a enviarla aquí, y en los otros sitios me dijeron que las documentaciones que entran y salen de su organismo, la compulsan ellos mismos.
El chico me miró con cara de, "ah, si?" y me dijo que preguntara a su directora. Me dirigí al despacho que me había indicado, dí unos golpecitos en la puerta, -¿Si?. Abriendo la puerta un poquito con timidez y dispuesta a preguntar si podía pasar, -Espere fuera un momentito.- Estaba con alguien, esperé a que saliera y este ya me indicó que podía pasar.
- Buenos días. - Me saludó educadamente una señora de mediana edad con cara muy sería. - Dígame.
- Pues mire, yo quería compulsar esta documentación para este otro asunto, y en esta AP y esta otra AP, me dicen que ellos no son los competentes.
Me cogió los papeles y los miró, volvió a mirarme y dijo: -Esto lo tiene que llevar esta AP, ellos debería tener que compulsártelo. 
Ya me imaginé ir de vuelta hasta otra punta de la ciudad, o a saber donde, mientras la señora buscaba el número y llamó a la AP,  que le remitió la llamada a otro departamento y esta a otro departamento. La señora estaba haciendo lo mismo que yo, ir de un lado para otro, pero desde su silla de oficina. Como a la tercera va  la vencida, en el tercer departamento, le informaron que allí me lo compulsaría. Apuntó la dirección con una letra que tuve que preguntarle para descifrarla, y resultó que a donde me mandaba era allí al lado. 
Otro paseo de diez minutos y listo. Fué en ese momento donde por mi cerebro pasó el pensamiento "quién me mandaría a mí ponerme botitas con taconcito para causar buena impresión en la oficina".
Me presenté donde la dirección. Esta vez me atendió muy amablemente una señora joven, creo que más joven que yo. Ella sí podía compulsarme la documentación, y así lo hizo. Bien, por hoy terminé. Hasta el lunes que tendré volver a solicitar mi bonobús perdido, no piso una AP.
Ya sólo me quedaba el paseo de casi media hora para casita. Mierda de taconcitos. Pero por fin os estoy contando esto con unas zapatillas de casa. ¡Qué gustazo!

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